lunes, 7 de diciembre de 2009


Música para fin de los tiempos
Este año el Campus Musical de la Estancia Santa María de la Armonía, dictado por Jordi Mora, articuló con un taller de técnica violinística, a cargo de David Bellisomi (ambos del 2 al 8 de febrero), y fue sucedido por un seminario sobre la obra del compositor Olivier Messiaen, impartido (desde el 13 al 15 de febrero) por María Teresa Criscuolo, docente, compositora, y pianista.
Afirmación, mística y símbolos
Corría el año 1940 y Olivier Messiaen, prisionero de los nazis en un campo de concentración, en Polonia, consiguió papel, lápiz y una goma. Así escribió el Cuarteto para el fin de los tiempos, que pudo estrenarse durante su cautiverio, ante otros prisioneros, el 15 de enero de 1941. Pensaba que la música no era agradable, que la belleza, como la alegría, estaba más allá de lo visible, que lo invisible es siempre más vasto, y que hay que encontrarlo en las resonancias del universo.
Fue en los programas de Napoleón Cabrera, en la vieja Radio Municipal, donde escuché por primera vez sobre este compositor, nacido en Avignon, Francia, el 10 de diciembre de 1908, y fallecido en Clichy el 27 de abril de 1992, organista, de un profundo credo religioso, influido por el hinduismo, la cultura oriental, el canto de los pájaros y la búsqueda de un universo musical hondo, misterioso y significativo.
Su obra es muy extensa, pero no resulta demasiado conocida. Hay en ella una armonía propia, un discurso moderno, y a la vez citas de modos antiguos y del canto gregoriano. Leonard Bernstein estrenó, en Boston, en 1949 su Sinfonía Turungalila, haciendo que su poética musical pudiese ser más difundida.
Una visión holística
María Teresa Criscuolo es egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, ha hecho estudios religiosos, en la Facultad de Ciencias Sagradas del Instituto Regina Apostolorum, y musicales en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, es pianista, directora de orquesta (alumna, entre otros, de Sergiu Celibidache), ha estudiado en Italia y Alemania, y llevado a cabo versiones integrales de las obras para piano de Schumann, Brahms, Fauré, Rachmaninoff y López de la Rosa. Ha interpretado los Estudios Trascendentales de Liszt, Debussy, Strawinsky y Szymanowsky, realizado investigaciones sobre canto bizantino, siro-antioqueno y gregoriano, e intervenido en numerosos conjuntos, e investigaciones, en Grecia, Turquía, Siria y Líbano. En su tarea docente formó alumnos que obtuvieron dieciséis primeros premios internacionales (en Barcelona, España y Suiza), dieciséis segundos (en Cincinatti, Estados Unidos e Italia) y numerosos terceros; y acumula muchos más antecedentes, como sus estudios en distintas abadías benedictinas, y el dictado de numerosos cursos y seminarios, en el país y en el exterior.
No obstante sus antecedentes, o quizás debido a ellos, la experiencia docente con ella es informal y divertida. Son sus caminos para llegar a lo musicalmente profundo.
Las miradas
Llego al campus el sábado 14. Es una tarde calurosa. Me sorprenden varias cosas, la cantidad de alumnos para una actividad así, su juventud, y su grado de conocimiento y apreciación de una música tan diferente. Pronto entiendo que no puede ser un docente convencional quien nos haga entenderla y apreciarla.
La obra a trabajar es Vingt Regars sur L´enfant –Jesus, de 1944. Cada alumno ha tenido a su cargo preparar una, o varias, de las miradas que integran la obra. Los estudiantes han venido de Ramos Mejía, Haedo, Morón, Ituzaingó, Olavarria y Buenos Aires, y entre ellos hay jóvenes coreanas. Impera un clima de distensión, fluido, atento a la obra.
Messiean no usaba la escala por tonos, porque después de Debussy había que buscar otra estética. En las miradas alternan modos propios. Aunque sea una obra para piano solo, despojada, y minimalista, hay mucha diversidad en las veinte contemplaciones. La fuente de la inspiración son formas del arte visual. Las miradas responden a una distribución teológica.
Es una obra de programa: en cada una de las miradas hay un texto que establece el significado. La música late, establece elementos inmóviles y otros que se aproximan a lo inmóvil.
Para los creyentes responde a un claro simbolismo; para los que no somos creyentes, a una necesidad de explorar la música, despojándola de todos los efectos, escribiéndola en resonancias esenciales, y dejando un estado alternativo de calma, inquietud, en sus acentos por momentos dulces y por momentos ásperos, pero nunca iguales a sí mismos.
María Teresa Criscuolo repara en la precisión de los movimientos físicos en la producción de los sonidos, cualquier fuerza excesiva reflejaría un falso acento, un falso color. Hace una apreciación y una vivisección, en los sentidos y en los movimientos. En efecto, es una obra muy compleja, así analizada, en cada acción, en el ataque a cada nota. No sólo alterna en lo forte (ff) con lo piano (pp), que dificulta el ataque, sino la superposición de las manos que deben tocar teclas una al lado de la otra, con muy poco espacio para los dedos, lo que requiere una técnica específica.
La técnica fue una de las manifestaciones de esta música, la otra estuvo en cómo resonó en los alumnos, cómo llegaron a ella, y con que otras la vinculan. Ellos aportaron ese punto de vista propio.
Messiaen
El seminario se completo con el concierto del 15, en que fueron interpretados: La traquel stapazin (2do. Libro del catálogo de los pájaros), 1956-1958; Cuatro estudios de ritmo (1949-50), y las Miradas.
La exploración de un autor implica la ruptura de un hábito y la búsqueda de un espacio de descubrimiento. Pero el descubrimiento es múltiple: nos hace conocer sensibilidades diferentes, en un ámbito, como el campus, sencillo, profundo e impensado, que de por sí establece una ruptura con el fragor cotidiano.
Es importante que se haya abordado a un músico como Olivier Messiaen, que se lo haya hecho en Mar del Plata, con profundidad, en un período cultural que no está hecho en la profundidad.
Son estas guaridas de descubrimiento las que nos enseñan algo renovado, sobre la música y sobre la condición humana.

(la página http://www.campusmusical.org.ar/ permite acceder a la información sobre las actividades del campus y a su galería de fotos)

Eduardo Balestena
ebalestena@yahoo.com.ar

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