domingo, 31 de enero de 2010

Pedro Ignacio Calderón



Pedro Ignacio Calderón es director titular de la Orquesta Sinfónica Municipal.
Alumno, entre otros, de Hermann Scherchen, Vicente Scaramuzza, Alberto Ginastera y Fernando Previtali (en la Academia Santa Cecilia de Roma donde fue becado por el Fondo Nacional de las Artes), se desempeñó como asistente de Leonard Bernstein en la Filarmónica de Nueva York, luego de ganar el premio de dirección orquestal Dimitri Mitropoulus.
Debutó en el podio a los veinte años con la Orquesta Sinfónica de Radio Nacional. Estos son algunos jalones de una actividad que lleva más de cincuenta años.
Impresiones
Hablar con él es una experiencia muy intensa. La conversación resulta amable y estimulante. No pontifica, pero es posible entender enseguida que la música no le depara ningún secreto y que no la hace como un técnico sino desde el dominio que significa esa falta de secretos. Depara la impresión dual de una mirada y una voz muy jóvenes, y una experiencia eterna. Es imposible no mencionar nada que no haya dirigido en alguna parte del mundo, y se hace palpable que pertenece a la generación de directores como Claudio Abbado, con quien codirigió la segunda sinfonía de Mahler, contemporánea a grandes directores y a los compositores más representativos del siglo XX, y vuelta hacia la tradición del mismo modo que hacia los nuevos lenguajes, pero sumamente volcada a éstos, sin que el grado de dificultad en la interpretación sea una variable atendible.
La Sinfónica
Hay ya un programa definido para el resto del año, que incluye la Metamorfosis para 23 instrumentos de cuerda solistas: cinco primeros violines, cinco segundos, cinco violas, cinco cellos y tres contrabajos, obra de la última época, de Richard Strauss. Su propósito es reforzar la planta orgánica de la orquesta con apoyos, de organismos culturales de la Nación, y de la Provincia y abordar nuevas obras.
La posibilidad de trabajar un repertorio de otros períodos, la inclusión de compositores como Richard Strauss, Gustav Mahler o Dimitri Shostakovitch, permite ampliar una percepción de lo musical, sustraerlo al puerto seguro de lo conocido y hacer un aporte formativo.
En el año del centenario de su nacimiento serán repuestas obras de Washington Castro. En lo referido a compositores argentinos, el maestro Calderón considera importante el tema del pago de sus derechos, ya que no es justo pagar el cachet a un pianista y no hacerlo con los derechos del compositor, o no hacer la obra por no pagar sus derechos.
Mahler, Bruckner, De Falla
Inevitablemente, la conversación giró hacia el ciclo completo de las sinfonías de Mahler que hizo varias veces. Apreció y conoció más profundamente a este compositor en su paso por la Filarmónica de Nueva York, ya que Leonard Benstein había llevado a cabo versiones referenciales de sus obras. Esta versión íntegra incluye las obras para voz y orquesta, como La canción del lamento, y La Canción de la tierra (Dans lied von der herde) una de las creaciones mayores de Mahler, por su originalidad y su belleza, pero que implica una cuerda de tenor no fácil de obtener, con las cualidades del heldentenor wagneriano, y la levedad requerida por momentos de un ciclo de canciones basado en poemas chinos.
El propósito, luego de la inclusión este año en el programa de la Sinfónica, de la Cuarta Sinfonía de Mahler, es precisamente poder gestionar los medios para interpretar en el futuro alguna de las sinfonías más grandes del compositor, o algún poema sinfónico de Richard Strauss. Incluso la primera sinfonía, requiere un refuerzo en las trompetas y en las cuerdas.
Su paso por la Filarmónica de Nueya York significó, además del trabajo cotidiano con una orquesta de primer nivel, con la perfección como nivel de exigencia, el contacto con directores invitados, como George Szell y muchos otros, que significaron un gran aporte en el aprendizaje.
Varias veces dirigió sinfonías de Anton Bruckner. Le pregunto por la octava y su adagio, uno de los momentos más conmovedores y bellos en toda la música y señala que la tiene programada justamente para este año, con la Filarmónica y que requiere un cuarteto de tubas wagnerianas y un suplemento de cuatro cornos sobre la formación de cuatro, más la cuerda proporcional para equilibrar esa masa de metales. Varias veces la ha hecho, en el país y en el exterior. El adagio no es complejo como el finale, que siempre lo es en las sinfonías de Bruckner.
Es complejo Rimsky, señala, un maestro en la transformación temática, capaz de basar el Gallo de oro en sólo dos motivos.
En cuanto a Falla, “es otro mundo”. De él ha dirigido sus obras más representativas, y considera peculiar su lenguaje, hecho en la honda influencia gitana. Le pregunto, considerando su escuela francesa, el refinamiento en la sonoridad, su sincretismo entre este lenguaje y las fuentes andaluzas, si del mismo modo que Stravinsky con las fuentes populares rusas, la afiliación de ambos compositores al neoclacisismo, pese a obras tan notables como el Concierto para Clave de Falla, no es una involución en su escritura. Contesta que no, que marca la aparición de otros criterios armónicos, en esa etapa del siglo XX y aparece el rescate de otras tradiciones musicales, como “a la manera de” y esas tradiciones irrumpen en esta escritura.
Prosiguió refiriendo la anécdota de una interpretación, justamente, de La canción de la Tierra, con la que terminó nuestro diálogo.
Una nueva etapa
Probablemente, del mismo modo que los compositores que se volcaron al neoclacisicmo, estemos ante una nueva etapa que nos permita explotar el recurso artístico existente de otro modo y expandir nuestro horizonte musical.





Eduardo Balestena
ebalestena@yahoo.com.ar

(el presente reportaje fue publicado por el Suplemento de Cultura del Diario La Capital cuando el maestro Pedro Ignacio Calderón se hizo cargo de la dirección de la Orquesta Sinfónica Municipal, cargo que desempeñó hasta fines de 2009)

2 comentarios:

  1. me encantaria saber
    cuáles fueron sus obras
    porqe en todos lados está la biografia
    pero NO
    SUS
    OBRAS!

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  2. María Agustina: Sinceramente no tengo noticias de Pedro Ignacio Calderón como compositor. Sí es enorme tanto la experiencia como director como su capacidad en la dirección, lo que se advierte fácilmente al verlo ensayar.
    eduardo

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