.Ensamble Concentus Buenos Aires
.Director: maestro Ricardo Schiammarella
.Mozarteum Argentino, Conciertos del
Mediodía
.Palacio Libertad, Buenos Aires, 26 de
noviembre, hora 14.
La
interpretación con criterios históricamente informados es una experiencia doble
que abarca tanto a la música en sí misma como a la reflexión que su estética y las
sensaciones que depara su audición nos suscitan.
En el
programa de la serie Un viaje al interior
de la música dedicado al tema, el maestro Horacio Lanci señaló,
refiriéndose a esta experiencia: “¿No le parece escuchar cosas que antes
no escuchaba?” La afirmación es muy válida al revelar la interpretación
historicista aspectos de las texturas, en este caso de la segunda mitad del siglo
XVIII, que la interpretación convencional no revelaba.
Con
instrumentos y técnicas de interpretación que se ajustan a los lineamientos de
la época y un número reducido de
intérpretes que hace que el sonido producido sea individual, destacado y
esencial, la experiencia es necesariamente una de descubrimiento.
Sinfonía nro. 29 en la mayor; K.201 de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)
Ya el
primer minuto de la obra nos la presenta con un delicado motivo introductorio
que sin embargo cambia en cuestión de segundos con la llegada de un nudo
dramático. No es fácil discernir si la forma sonata a la que responde el
movimiento desarrolla solo un primer tema o si hay un segundo que sea la
elaboración del primero. Los cambios dinámicos en la cuerda y la belleza de las
frases son lo central en una trama en que tanto los oboes como las trompas
introducen un color que brinda un especial relieve al desarrollo.
El
andante, con las cuerdas con sordina, apenas introducido el tema inicial se
expande en un rico diseño en las voces de las cuerdas. La disposición de
violines primeros y segundos en espacios opuestos del escenario permite
apreciar este rico diseño.
El menueto allegreto-trío está concebido de
manera marcadamente rítmica e incisiva, material en el cual el trio central
implica un momento de distensión.
Muy
formalmente elaborado, el allegro con
spirito final, en compás de 6/8 retoma elementos formales del allegro inicial.
La faz
interpretativa descansa en las dinámicas de las frases más lentas: las notas en
la cuerda “nacen” delicadamente y luego se expanden y los pasajes más rápidos
son acentuadas y cambiantes en una textura sonora donde si bien el sonido
instrumental es, por decirlo así, “individual” se encuentra sumamente
amalgamado.
Sinfonía nro. 45 en fa sostenido menor, Hob
I:45 “Los adioses”, de Franz Joseph
Haydn (1732-1809)
Del
mismo modo que la sinfonía anterior, el orgánico de esta obra no incluye a clarinetes
ni flautas, en lo demás, son totalmente diferentes entre sí.
Es
conocida la versión de que la estadía de los músicos de la corte de Esterházy
en la residencia Eszterháza, cercana a Hungría, se había prolongado demasiado y
que los músicos anhelaban volver a sus casas; al pedirle a Haydn que
intercediera ante el príncipe, el compositor ideó como recurso escribir una
sinfonía en la cual los miembros de la orquesta abandonaran progresivamente el
escenario.
Más allá
de ello, la obra resulta inusual para el canon compositivo del momento: al
igual que la sinfonía nro. 40 de Mozart, está escrita en tono menor y, con una
prevalencia de elementos rítmicos sobre la melodía.
La figura inicial es expuesta luego en
modo mayor, con lo cual el clima de inestabilidad y tensión se acentúa. Como
obra del llamado clasicismo es un opus que descansa no en la elegancia y la
simetría formal sino en la indefinición, la dureza melódica y la angustia que
esos elementos suscitan en el ánimo del
oyente.
El
arpegio descendente del principio se reitera a lo largo de la estructura, donde
la forma parece inusual para el lenguaje sinfónico
Surge
claramente el ideal experimentador de Haydn, que abrió el camino a los futuros
lenguajes. En efecto, la sinfonía responde a una cuidada construcción global y a un esquema armónico muy minuciosamente
planeado.
El tema
inicial requiere una resolución en el modo mayor que solo llegará en la
modulación del adagio final. Hay elementos que cimentan la inestabilidad de la
obra: modulaciones frecuentes, violentos usos del modo menor, debilidad
melódica.
La
organización tonal va del fa sostenido menor del primer movimiento al la mayor del
segundo, el fa sostenido mayor del tercero, el fa sostenido menor en el presto
y finalmente el fa sostenido mayor en la modulación final del “tema del regreso”,
que concluye con los 15 compases del violín primero y del primer violín segundo
Una de
las mayores muestras de la originalidad de la obra es el referido cuarto
movimiento, Finale, Presto- Adagio:
al final de la recapitulación hay una coda trunca, ya que no es resuelta
completamente: la sinfonía parece acabar pero la elaboración final se detiene
abruptamente para dar lugar a un tema en compás de 3/8 que modula, como ya
dijimos, al fa sostenido mayor.
En lugar
del clímax final de cualquier sinfonía, la música simplemente se disgrega.
Breves intervenciones de los instrumentos van jalonando su salida del
escenario: primer oboe y segunda trompa; fagot; segundo oboe y primera trompa;
contrabajo; cellos; viola y quedan el violín primero y el primero de los segundos,
que, elegantemente, concluyen el tema, entre distendido y melancólico.
La
música, literalmente, se reduce hasta disgregarse y desaparecer luego de los desarrollos
tensionales en los cuales discurre en casi toda su extensión.
El
maestro Sciammarela señaló, en el concierto, que se sabe cuándo la música
comienza pero se ignora cómo habrá de seguir y de qué modo habrá de terminar. Podemos
tomarlo como una poderosa metáfora de la vida, de su sentido y de la propia
existencia.
Pensemos
simplemente en el final de la Sinfonía Patética de Thaicovsky, acerca de cuyo
final el maestro Lanci señaló: “la
música de disgrega hasta desaparecer”, para valorar los alcances de esta
poderosa metáfora.
La interpretación historicista
Ante una interpretación de esta
naturaleza es inevitable pensar que el desarrollo de las orquestas posterior a
la época de estas obras nos ha dejado la sensación de que tal evolución es un
progreso capaz instalar un modo más perfecto de interpretación, superador de lo
anterior.
Sin embargo el sonido que recrea el
paradigma sonoro del siglo XVIII y del temprano siglo XIX nos revela un carácter
diferente de esas obras: en lugar de un sonido brillante y de conjunto en el
cual –tal como lo ilustró el maestro Lanci en el programa de referencia- no son
perceptibles determinadas inflexiones ni determinados matices y hay cosas que
–como los ligados de a dos, a poco de comenzar la novela sinfonía de Beethoven-
directamente no se escuchan.
En un sonido más delgado e íntimo, las
inflexiones son más delicadas y en las variaciones dinámicas el sonido cobra
otro relieve. El mensaje de la obra difiere totalmente y nos revela que las
versiones que conocíamos eran producto de técnicas de interpretación
posteriores a tales obras. Literalmente, las redescubrimos.
En un momento de la bellísima película
El arca rusa, el personaje de
Coustine, dice amar el siglo XVIII, una “época de elegancia y maneras”. Vemos
que no es tan así: la música también supo expresar la inestabilidad, la angustia
y la búsqueda y no solamente la elegancia y las bellas maneras.
Ensamble
Concentus Buenos Aires
La interpretación históricamente
informada de la música implica tanto la técnica interpretativa así como el
estudio y la investigación.
El Ensamble Concentus BA está integrado
por músicos de distintos lugares; va de suyo que cada ocasión en la que se
presenta demanda no solo el contar con los instrumentos y las partituras, sino
la reunión de personas que residen en lugares diferentes. Todo ello está muy
lejos de toda interpretación convencional y demanda un gran esfuerzo de
preparación. La calidad resultante de este esfuerzo está a la vista.
Es dable destacar que Sofía Carmona,
concertino de la Orquesta del Proyecto Creciendo en Armonía y alumna de dicho
proyecto, fue una de las integrantes del ensamble en el concierto del cual
estamos ocupándonos.
Le cabe el enorme mérito de ser el
primer ensamble historicista de la Argentina y ha llevado desde su creación una
vasta actividad.
Eduardo
Balestena

