.Orquesta Sinfónica Municipal de Mar
del Plata
.Director: maestro Guillermo Becerra
.Teatro Municipal Colón, Mar del Plata,
22 de febrero, hora 21.
En su
último concierto del ciclo de verano la Orquesta Sinfónica Municipal concluyó
un interesante ciclo musical.
El
programa comenzó con la Fantasía opus 6
de Nikolái Rimsky Korsakov
(1844-1908) rica obra compuesta sobre temas serbios. En el lenguaje del color
orquestal –motivos que pasan de un instrumento a otro- encontramos cambios
rítmicos, que predominan sobre el elemento melódico. Opus por demás
interesante, es muy poco frecuente en las salas de concierto.
En
segundo término, fueron interpretados los valses Voces de Primavera, El bello
Danubio Azul y la Marcha Radetzky,
de Johann Strauss (1825-1899) muy a
tono con un programa de verano. Son muchas las inflexiones, los ralentandos y
las gradaciones dinámicas que este género demanda y que pueden pasar
inadvertidos ante la belleza de las melodías. Como fue posible apreciar, no
todas esas demandas son sencillas de plasmar. El bello Danubio… fue el más logrado, así como la vibrante marcha
que cerró la sección.
En la
parte final del programa fue interpretada la Sinfonía nro. 9, opus 95, “Del Nuevo Mundo” de Antonin Dvorak (1841-1904).
Son
conocidas las circunstancias en que fue gestada en 1893: la invitación a Dvorak
por parte de Jeannete Thurber, una mujer acaudalada, amante de las artes, que
había fundado en 1883 el Conservatorio de Nueva York, para llevar a cabo una
actividad musical en Estados Unidos.
El marco de fascinación y
descubrimiento de un ámbito rico y estimulante musicalmente, el desahogo
económico y una intensa actividad como director de conciertos fue la atmósfera en
la que escribió una obra donde se alternan la nostalgia así como el anhelo de
utilizar nuevos ritmos en algo diferente que es, en su esencia, una sinfonía
eslava en la cual utiliza, a su vez, materiales preexistentes.
El
ejemplo más conocido es el solo de corno inglés –interpretado de manera
excelente- que, luego de una introducción, desarrolla una bellísima melodía
evocativa del spiritual Swing Low, Swing
Charriot (Ven amado carro). Inicialmente
pensado por el compositor para clarinete, consideró a la voz del corno inglés
más apropiada para esta melodía en escala pentatónica. El maestro Lanci se
refirió a dicho spiritual en su
programa dedicado al género en la invalorable serie de programa de Un viaje al Interior de la Música. El
uso de elementos de materiales autóctonos sigue a lo largo del movimiento y se
vale también de un material que había pensado para una ópera que no llegó a
escribir y que utilizó para concebir el
largo e inspirar el Scherzo posterior.
No es
fácil determinar la forma musical, que pareciera responder a una sucesión de
motivos antes que a una forma sonata. Lo señalo para ubicar el pasaje, luego de
la segunda intervención del corno inglés, que comienza con un pasaje de flauta
cual la orquesta hizo un accelerando en el tempo diferente al de
otras interpretaciones que contribuyó a disipar el tono melancólico del
movimiento.
Como
también sucede con el último movimiento de la octava sinfonía de Dvorak, es
difícil decir si el movimiento final es un tema con variaciones, que alterna,
como elemento de referencia, el motivo inicial del primer movimiento –que le da
unidad a la obra- o si se afilia a otra forma musical.
En
síntesis, tuvimos una versión lograda de uno de los opus más entrañables del
género sinfónico, con una orquesta muy homogénea y con la intensidad en los
metales que la obra demanda, así como la ductilidad en la cuerda y la dulzura
de los pasajes en las maderas.
En su
actual conformación, la orquesta demostró que no se limita a cumplir con un
cronograma y llevar adelante un ciclo sino que las obras son abordadas muy
seriamente y con un gran trabajo.
Es de
esperar que en el próximo ciclo invernal pueda contarse con solistas cuya
convocatoria sea factible concretar en un medio donde se destacan tanto valores
jóvenes (como Emiliano Rivarola, Martín Schuster o Leonardo Chacón Oribe, Ciro
Rolón, por nombrar algunos) como otros músicos experimentados.
Coda
No puedo
cerrar el comentario sin citar las palabras del último posteo de la orquesta en
las redes: “Logramos
sostener una programación digna y de calidad a pesar de tener presupuesto CERO
para alquiler de partituras o contratación de solistas invitados. Y logramos
HACER MÚSICA a pesar de que aún nos falta el 30% de los músicos mínimos
necesarios para poder sonar.
Y cuando hablo en primera persona del plural, hablo de
nosotros, los músicos y de ustedes, nuestro amadísimo público. Porque cada
butaca ocupada y cada aplauso propinado fue un aliciente para seguir adelante y
darles lo mejor de nosotros.
Quizás el
milagro de esta orquesta resida ahí, en sus músicos y en su público y en el
AMOR POR LA MÚSICA que nos tenemos”.
Eduardo
Balestena
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