viernes, 2 de diciembre de 2011

Estilo y sensibilidad


La Orquesta Sinfónica Municipal fue dirigida, en su concierto del 26 de noviembre por el maestro Eduardo Hubert y contó con la actuación solista de Alexis Nicolet, en flauta.

El programa comenzó con la Obertura de Las Bodas de Fígaro, de Mozart (1756-1791)

Alexis Nicolet abordó como solista el Concierto para flauta y orquesta en re mayor, opus 283 de Carl Reinecke (1824 -1910). Ya bajo la batuta de la maestra italiana Susana Pescetti, junto a Julieta Blanco, interpretó el doble concierto de Doppler y, como camarista, actuó en el prestigioso ciclo de Bach a Piazzolla con la Sonata para flauta y piano y la Sonatina canónica para flauta y piano, de Paul Hindemith y la Sonata para flauta y piano de Profoviev. Es decir, obras de grandes requerimientos, desde lo expresivo y desde la técnica. En el caso de la de Prokoviev, se trató de un trabajo de madurez en un lenguaje ya de por si virtuoso.

Formado Lomas de Zamora y en Suiza, y becario de las fundaciones Tanner y Suisse des Artistas, obtuvo su maestría en la Haute École de Musique de Ginebra con las máximas calificaciones, se perfeccionó tanto en flauta moderna como barroca. También fue becado para realiza un seminario de descubrimiento de obras inéditas del barroco italiano. Lenguajes diferentes, sonidos diferentes pero un dominio que es el denominador común. Reinecke aborda su instrumento solista con un motivo inicial que va siendo explorado con una línea semejante a una inflexión del habla. Son obras cuya formulación descansa es este elemento: melodías dulces que requieren delicadeza de inflexión, y un movimiento final de virtuosismo.

En este terreno, Alexis Nicolet debió abrirse paso en una orquesta en la que si algo faltó fue el tratamiento en el aspecto dinámico –siempre fuerte- y en la calidad sonora –un sonido poco trabajado en contraste con el de la flauta-, en un contexto de falta de flexibilidad en el diálogo con respecto a las posibilidades de expansión del instrumento solista. El lento del segundo movimiento, por ejemplo, requiere una cuerda de gran liviandad en el sonido. El tema del tercero aparece en la flauta que recapitula sobre él durante todo el desarrollo y al final aparece transformado, en la rapidez y en la ornamentación, dando lugar a un pasaje de gran virtuosismo instrumental.

Susana Pescetti, antes de la formación de posgrado de Alexis Nicolet, ya lo ubicó en un nivel internacional. Su manejo del instrumento nunca es forzado y aun en los pasajes más rápidos en lo que se repara es en la pureza del sonido y su expresividad antes que en la rapidez y ello es diferente en cada estética que aborda, aunque luzca en mayor grado en obras como la de Prokoviev.

La flauta es a la vez que uno de los instrumentos más antiguos, quizá uno de los más aptos para los nuevos lenguajes, pero cada época requiere un abordaje distinto.

El programa cerró con la Sinfonía Nro.4, Italiana, de Mendelssohn (1809-1847) que tuvo las mismas discontinuidades de la obertura inicial, con una orquesta que, sin prácticamente indicaciones de entradas o dinámicas, pareció tocar sola. Fue rescatable el tempo en el tema inicial del primer movimiento y en el saltarello final, así como las intervenciones de las maderas.

Eduardo Balestena

http://www.d944musicasinfonica.blogspot.com

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