.Orquesta Académica de la Universidad Nacional de Lanús
.Director: Maestro Daniel Bozzani
.Solista: Javier Mas
.Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de Buenos Aires, 13 de mayo, hora 18.
En este
concierto, de la trigésima temporada del Ciclo de Grandes Conciertos de la UBA
se contó con la actuación de la Orquesta Académica de la Universidad Nacional
de Lanús, bajo la dirección del maestro Daniel Bozzani y la actuación solista del maestro Javier Mas en el piano.
La Obertura Edipo a Colono, de Antonio
Sachini (1730-1786), fue la primera obra del programa. Ya desde el inicio, en
sus gráciles y rápidos pasajes de la cuerda permitió apreciar tanto la amplitud
de la masa de cuerdas de la orquesta como su sonido terso y absolutamente
homogéneo, en un opus cuyo elemento central es precisamente esa sección.
La Fantasía para piano y orquesta “Der
Wanderer”, opus 17, (D.760) de Franz
Schubert (1797-1828), con arreglo de Franz Liszt (1811-1886) siguió en el
programa, interpretada por el maestro Javier Mass, quien logró una correcta
versión de un trabajo donde el elemento melódico surge en un segundo plano ante
el predominio de pasajes rápidos.
En la
segunda parte fue abordada la Sinfonía
nro. 2 en mi menor, opus 27 de Sergei
Rachmaninov (1873-1943)
Tanto la
primera sinfonía (1895) como la segunda (1906-1907), en su radicalmente
distinta concepción, marcan cotas de las
más altas –si tal afirmación es posible, dado que todo en Rachmaninov es
diverso y a la vez brillante y profundo- en la producción del gran compositor y
concertista de Novgorod.
Es una
obra mayor del repertorio, tanto en la complejidad de su trama musical, como en
la belleza de sus extensas líneas melódicas y en la propia extensión. A poco
que la apreciemos habremos de percibir que, por ejemplo la cuerda va de pasajes
de un piannisimo dulce y expresivo a
rápidos trozos que demandan toda la longitud del arco durante extensos períodos.
En lo expresivo, el permanente cambio de dinámicas demanda un fraseo muy sutil
ya que el color orquestal lleva la melodía de una sección a otra –toda la obra
es un inmenso diálogo- que debe seguir la frase en el mismo volumen y
sensibilidad en la inflexión. Pasajes como los arranques en el Allegro del segundo movimiento o el Allegro vivace del cuarto son intensos,
rápidos y requieren una precisión tan grande como las inflexiones de las frases
lentas.
Vayamos
a algunos de sus lugares para ejemplificar lo expuesto: tras la iniciación en
los graves de la cuerda y el acorde de clarinetes y clarinete bajo que le
sucede –verdadero marco que plantea un clima sonoro- sucede el sencillo tema
ascendente, breve y conciso, en la cuerda, que sujeto a transformaciones y
variaciones habrá de va estructurar toda la obra y darle unidad. Rachmaninov se
nos revelará como un maestro de la transformación motivica, como lo era Rimsky
Korsacov (también hemos de apreciar que algo semejante sucederá en su Tercer
Concierto en do menor, de 1909). Es una obra compleja que, como el tercer
concierto, descansa en elementos sencillo pero que aparecen extendidos,
fragmentados, invertidos o superpuestos y desarrollados, a veces en largos
tramos, de manera muy sutil.
La
disposición de la cuerda adoptada: primeros violines a la izquierda del director y segundos a su
derecha permitió apreciar la trama en que la sección trabaja: por momentos la
línea melódica de los violines se divide en los que llevan la melodía y los que
aportan una diferente, hecha de una modificación melódica –uno de los lugares es
en el desarrollo del extenso primer movimiento –que dura unos 18 minutos-.
También sucede en otros lugares con modalidades distintas, una es la cita del
motivo inicial por parte de los segundos mientras los primeros llevan otra
melodía.
Todas
las secciones son relevantes, la percusión, los metales, las maderas que, por
ejemplo el solo del corno inglés que luego de un extenso desarrollo orquestal
cita el tema inicial en forma casi literal, lo cual lleva, tras un acorde de
las maderas a un desarrollo nuevo con una variación del tema central.
En solo de clarinete –a cargo del
solista Pablo Thimental- del comienzo del tercer movimiento Adagio es uno de los lugares más bellos
–si afirmar eso es posible en una obra de belleza en toda su extensión- que, en
el comienzo del registro agudo del instrumento nace con una nota inicial que
surge muy suavemente y que inaugura un extenso pasaje que plantea el desafío de
la respiración, ya que la línea se desliza sin detenerse nunca en distintas
inflexiones, lo que hace que el
instrumentista deba aprovechar muy breves momentos para respirar.
En su
memorable libro Los Griegos Kitto
dice algo como: si me he extendido tanto es para demostrar el profundo
intelectualismo griego. Si me extendido tanto –extensión que está muy lejos de
agotar las posibilidades de la obra- es para poner en evidencia el valor de la
interpretación de la Orquesta Académica de Lanús y de la preparación y el trabajo
del maestro Daniel Bozzani, ya que se trata de una obra que no da tregua en
ningún momento de los aproximadamente 57 minutos que dura.
Ante un
desajuste en el arranque del Allegro
molto el maestro detuvo la interpretación y el inicio fue atacado
nuevamente. En uno de sus trabajos Mariano Balestena señala el verdadero
sentido de estos accidentes en la música, que han de ser demostrativos de la
dificultad que entraña hacer música y de todo lo otro que sale sin
inconvenientes. Una actitud franca, responsable y honesta que no desmerece en
lo más mínimo la gran interpretación que pudimos disfrutar de una obra no
presente en el repertorio.
Tanto en
la cuerda, como en los metales y maderas, en la percusión, todo fue preciso,
expresivo, a la altura del fraseo y la intensidad requeridos por un gran diseño
sinfónico.
En su
presentación inicial, el compositor Juan Carlos Figueras se refirió tanto al
ciclo semanal de los conciertos de la UBA, libres y gratuitos en los cuales se
sugiere la entrega de un alimento no perecedero, ya que el referido ciclo no se
agota en el plano musical, así como a la importancia de la independencia
universitaria y el espíritu de igualdad que implica.
El
propio ciclo es una prueba de ello.
Eduardo
Balestena
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