Fotos Federico Kaplun
.Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”
.Director: Christian
Baldini
.Solista: Javier Weintraub,
violín
.Artistas
invitados: Víctor Lavallén, bandoneón; Diego Schissi, piano; Juan Pablo
Navarro, contrabajo; Guillermo Rubino, violín; Alejandro Bruschini, bandoneón
.Sala La ballena
Azul, Centro Cultural Kirchner, 5 de agosto, hora 20.
La Orquesta Nacional de Música
Argentina Juan de Dios Filiberto llevó a cabo en este concierto el estreno de
dos obras de gran originalidad musical.
Criaturas del fuego, de María Laura Antonelli,
fue la primera de ellas.
Se
trata de un concierto para violín y orquesta especialmente comisionado por la ONMA,
que incluye bandoneón, y elementos electroacústicos.
Desarrollada
en una sola secuencia tiene, sin embargo, un esquema tritemático que podríamos
caracterizar como momentos de intensidad/reposo/intensidad. Lleva al
instrumento solista a una exigencia virtuosística: en los momentos rápidos,
intensos y tajantes y en la expresiva serenidad de la sección central; en ésta el violín dialoga con los timbales, se
produce una suerte atmósfera de sereno misterio, hasta la progresiva
introducción de las secciones de la orquesta.
Reconocida
compositora y pianista, Laura Antonelli ha señalado que su idea compositiva fue
la de construir un tejido de eventos sonoros en una línea temporal, en sus
distintas texturas, un espacio acústico que contiene una suerte de sub texto
que alude a la sorpresa y a la evocación de “recuerdos que no ocurrieron.”
Combina,
en su textura –al decir de Javier Weintraub- las características más europeas
de los conciertos para violín y el tango argentino.
Diálogo
de tradiciones musicales, teoría acerca de espacio acústico y los elementos que
en él conviven, el concierto tradicional –en la idea en sí de escribir un
concierto para violín y orquesta- y una suerte de metamorfosis del tango, en
una síntesis en que ambos elementos configuran un espacio nuevo.
Javier
Weintraub, es egresado del Conservatorio López Buchardo y ha integrado
numerosos conjuntos de cámara y orquestas sinfónicas; violinista virtuoso, ha
realizado giras por numerosos países, tales como Estados Unidos, Japón,
Alemania, Suiza, Inglaterra, por citar algunos.
María
Laura Antonelli es pianista, compositora, arregladora y docente del
Conservatorio de Astor Piazzola, de la Ciudad de Buenos Aires y del Manuel de
Falla; ha actuado tanto en nuestro país como en Europa y llevado a cabo una
extensa carrera.
Tal
como lo señaló el maestro Baldini antes de comenzar el concierto, el solo hecho
de una mujer compositora escribiendo y estrenando un concierto para violín es
algo de por sí muy positivo y significativo.
Lavallén Sinfónico
Esta
obra, que ocupó la segunda parte del concierto, es una suite integrada por el
arreglo de once tangos compuesto por el maestro Víctor Lavallén y está conformada
del siguiente modo: I Amanecer ciudadano/ Mostonguero/ A la sombra del fueye/
De menor a mayor (Víctor Lavallén y Pablo Estigarribia); II. Vigilia/ Amor de
primavera/ De espaldas al relój. III. Atemporal /Buenosaireando/ De norte a
sur/ Meridional.
Se
trata de obras que Víctor Lavallén tocó con los más grandes maestros del tango,
como Osvaldo Pugliese, en cuya orquesta Víctor Lavallén fue arreglador y
bandoneonista.
El
modo en que este material se despliega en el quinteto central y la orquesta es
una prueba del enorme talento de Diego Schissi como arreglador, además de
pianista. Dio a la obra un desarrollo en términos de rápido/lento/rápido, forma
ternaria de muchas obras sinfónicas.
En
este horizonte todas las combinaciones posibles están exploradas y explotadas:
una flauta introduce un elemento melódico sencillo que discurre hasta la
entrada del violín solista del quinteto, amplificado de manera que suena
distinto a los de la orquesta, se produce un diálogo a partir de ese elemento
que va pasando a la orquesta paulatinamente, expandiéndose. En otros lugares es
la orquesta la que introduce el motivo que siempre se extiende y transforma en
la amplia paleta: piano, quinteto, cuerdas, percusión, bandoneones.
Las
intervenciones del primer bandoneón y el segundo van desde la rítmica muy marcada a las
melodías –en la sección lenta- que, en su dulzura y delicadeza, discurren como
una improvisación que parece llevarnos a descubrir una solución siempre
inesperada. El bandoneón es tratado desde lo más notorio e intenso a lo más
suave y delicado en una gama muy amplia.
Si
algo caracteriza la obra es ese sentido de permanente invención.
Atento
siempre a las indicaciones del director, el quinteto se amalgama a la orquesta
en una obra de gran exigencia: rítmica, melódica y en sus dinámicas en la cual
la marcación es un aspecto central.
Un
género popular aparece como un género intuitivo y los músicos capaces de
abordarlo son también capaces de trabajar en una estructura formal, como lo es
una orquesta sinfónica. A sus 86 años Víctor Lavallén es una parte de la
historia y del presente, sus dotes de compositor e intérprete lo confirman.
Una
de las cosas que señaló el maestro Baldini al comienzo del concierto es el alto
nivel de la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto”, lo
cual quedó absolutamente demostrado en este exigente programa. También destacó
que un programa de concierto no es algo menor: el modo en que las obras
convergen constituye de por sí una experiencia musical, sensoria y espiritual.
Dos
obras argentinas coetáneas, una propuesta original y una experiencia diferente:
tal fue lo deparado este concierto.
Eduardo Balestena
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