Orquesta
Sinfónica Municipal de Mar del Plata
Director:
Jordi Mora
Solista:
Alexis Nicolet, flauta
Teatro Colón
de Mar del Plata
Obras
referenciales de dos estética
Concierto
para flauta de Aran Khachaturian
(1903-1978).
Transcripción de Jean Pierre Rampal del concierto
para violín del compositor armenio, se trata de una obra de gran riqueza
musical y requerimientos virtuosísticos en el instrumento solista, del cual
explota todas las posibilidades en un balance con la orquesta –pensada para el
diálogo con el violín- que implica una demanda extra y que no siempre beneficia
a la flauta.
Uso de modos antiguos en una escritura marcadamente
modal, síntesis entre el lenguaje folklórico y el de la orquesta y una enorme
riqueza rítmica y melódica caracterizan un trabajo donde, pese a la deliberada reiteración
de motivos en algunos desarrollos, nada es nunca igual.
Los primeros movimientos son de un virtuosismo
absoluto: el tema inicial trabajado a lo largo del todo el Alleggo con firmeza ;
o el del tercero, con secciones de respuesta en un segundo motivo que su vez se
divide, hablan de la inspiración de un autor que si algo destacó fue el
contenido emotivo de sus temas, y los dotó de desarrollos puramente musicales
que no tienen fisuras en el modo como son trabajados, con libertad y sentido de
exploración en el lenguaje. Los diálogos en que la flauta y grupos como las maderas trabajan el
desarrollo de los temas es sorprendente, también en el nivel de exigencia para
con la orquesta.
Fuera de este lineamiento, quizás el segundo sea
el musicalmente más sentido: es introspectivo y de mayores requerimientos en
términos de timbre: lleva a la flauta de un registro grave (por ejemplo en el
desarrollo del tema de las cuerdas) y un sonido melancólico, en notas profundas
cuya intensidad cambia a lo largo de la emisión (que recuerdan a uno de los
pasajes para el instrumento de la suite Gayaneh) a desarrollos absolutamente
diferentes en pocos compases.
La orquesta en ocasiones se limita actuar como un
marco para el instrumento solista y en otras se imbrica completamente con su
discurso, en sonidos rápidos y precisos.
Alexis Nicolet ha actuado como solista en varias
oportunidades, pero esta vez hubo algo que acercó su performance a otros trabajos, como las
sonatas de Prokovief que hizo en el ciclo de Bach a Piazzolla: el abordar una obra
que no se limita a la rapidez y a un virtuosismo exterior sino que lo exige en
varios planos: la velocidad en temas muy ricos musicalmente y el sostener un
movimiento como el segundo que alterna la exigencia en el fiato con la calidad
de un sonido hondo y arcaico que realmente explota las posibilidades del
instrumento, y que permitió mostrarlo en otra particularidad de la obra: la
cadencia de una musicalidad que es lo que realmente la arma, su fraseo y el
modo en que esos elementos, puramente musicales, producen un todo imposible de
obtener sin un dominio no sólo técnico sino del espíritu de un opus semejante.
Sinfonía
nro. 6, opus 74, Patética de Piotr Illich Tchaicovsky (1840-1893)
Hubo varios elementos que
singularizaron esta versión respecto de otras, particularmente en el primer
movimiento (Allegro non troppo y en el último (Adagio Lamentoso): el
detenimiento y la libertad en el fraseo y las articulaciones; el cuidado
tímbrico; la flexibilidad en el tempo; los acentos, en un concepto donde primó el trabajo sobre
pasajes en cuanto a su funcionalidad musical y expresiva, su intensidad y el
modo en el que mejor podían ser fieles al sentido de una obra formalmente
construida a partir de un tema de cuatro notas.
Es perceptible su grado de dificultad,
particularmente en la cuerda, en pasajes como el fugato del primer movimiento o
la intensidad del Allegro Molto Vivace (que en un tempo más lento, como el de
esta interpretación, resulta menos marcial y compacto y pierde brío.
Jordi Mora, un educador y formador, de
una vasta trayectoria, con quien han estudiado y estudian generaciones de intérpretes
abordó desde esa solidez y a partir de sus ideas sobre la interpretación
musical, lo que el mismo llama, la substancialidad
en la música.
La orquesta rindió homenaje, con
esta obra, a la violista Graciela Roux, fallecida ayer viernes 30.
Eduardo
Balestena