domingo, 22 de septiembre de 2024

Concierto de la Orquesta Sinfónica Municipal


 


 

.Orquesta Sinfónica Municipal

.Director: maestro Guillermo Becerra

.Solista: maestra Alicia Ciancio, piano

.Teatro Municipal Colón, Mar del Plata, 21 de septiembre, hora 20.

 

            La Orquesta Sinfónica Municipal llevó a cabo su primer concierto de primavera en su sede del Teatro Colón, dirigida por su titular, el maestro Guillermo Becerra, con la actuación de la maestra Alicia Ciancio como solista en piano.

            En la oportunidad, el programa fue concebido de manera diferente a la usual, siendo incluidas en la primera parte obras alusivas al sentido celebratorio de una presentación primaveral y en la segunda, el concierto para orquesta e instrumento solista que suele cerrar habitualmente la primera parte.

            De este modo, la primera obra del programa fue la Obertura de las Alegres Comadres de Windsor, de Otto Nicolai (1810-1849), seguida de la Obertura de la Opereta El Murciélago, de Johann Strauss hijo (1825-1899) y cerró con la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre (1804-1849), es decir, obras alegres y vibrantes que, en el caso de la obertura, plantea distintos temas en una paleta sonora amplia y cambiante en sus ritmos y acentos, que requiere un fraseo muy incisivo y rápido en la cuerda.

 

El Concierto para piano y orquesta nro.1, en sol menor, opus 23, en si bemol menos, de Piotr Illich Tchaicovsky (1840-1893) fue interpretado en la segunda parte. Escrito entre 1874 y a comienzos de 1875, es posible apreciar en su discurso la cerrada trama de temas y motivos entre el instrumento solista y la orquesta. Nunca da respiro -particularmente el primer movimiento, Allegro non troppo e molto maestoso, compás de ¾, en re bemol mayor, que abarca, en sus 667 compases, aproximadamente la mitad de la obra. La transformación motívica es permanente, como también lo son los cambios de intensidad y acentos. Unos motivos engendran a otros, llevan a una respuesta que a su vez conduce a nuevos episodios. La fuerte sonoridad y el permanente cambio son las características de una obra expansiva en todo su desarrollo. El discurso alterna estas características con ricas armonías en las maderas y metales, en un discurrir que nunca se detiene.

Es la orquesta la que presenta el primer tema mientras el piano lo subraya con arpegios, para tomarlo luego y desarrollarlo. Es interesante el modo en que lo hace: a partir de partes del final del tema inicial y luego del comienzo. El recurso parece siempre el mismo: el cambio a partir de un elemento breve, técnica esta que el compositor parece explotar en todas sus posibilidades (todo eso en los dos primeros minutos: restan otros 31). Renglón aparte merecen los amplios pasajes cadenciales en el piano, coronados por la cadencia final del movimiento.

El segundo movimiento, Andantino semplicePrestissimo (6/8 en re bemol mayor) comienza con el bellísimo solo de flauta, que presenta el tema a desarrollar y que lleva a un hermoso pasaje de las maderas, para pasar luego a la cuerda y seguir hacia el pasaje central (prestissimo) en un esquema ABA´, donde se destaca –en la sección A ´- el hermoso solo del oboe.

 

El tercer movimiento, Allegro con fuoco –Allegro vivo (3/4 en re bemol mayor) se desarrolla a partir de un rápido tema festivo, que es trabajado por el instrumento solista y la orquesta hasta el enérgico final.

De este modo, estamos ante una obra de enorme compromiso técnico y estético, cerrada en una trama musical que estrechamente vincula al instrumento solista con la orquesta. No hay ninguna sección que escape a estas exigencias, que lucen especialmente en el brillo y la energía del piano.

La maestra Alicia Ciancio es, además de pianista, directora de orquesta, arregladora y compositora. Es Directora Fundadora y Coordinadora de la Orquesta Escuela de Dolores, función que cumplió extensamente entre 2005 y 2023, habiéndose presentado en numerosas salas, en La Plata, Mar del Plata y en el CCK. Como solista, logró acabadamente expresar el equilibro de una obra donde lo técnico y lo motívico, deben ser perfectos. La dificultad técnica es tan grande que si el solista no la domina acabadamente no puede plasmar la musicalidad de la obra, que es demandante en todo sentido. Tuvimos una excelente versión de este opus, acaso el más popular de los conciertos para piano.

En su actual conformación, en la que alternan elementos muy jóvenes con músicos muy experimentados, la orquesta pudo abordar un opus que no admite concesiones. Es lisa y homogénea la sonoridad de la cuerda. En obras como esta, el instrumento solista invade en gran parte del tejido musical y la orquesta debe poder destacarse ante él, continuar sus frases, proveer el motivo en el que la trama seguirá y lograr un todo integrado. Es un punto en sí muy positivo que habla del trabajo que se lleva a cabo. Otro está dado por la restauración que hubo en el piano Böesendorfer (con el cual Carmen Scalcione tocó este mismo concierto hace ya mucho), que permitió que fuera abordado este opus del modo en que lo fue.

Con un aforo completo, la Orquesta Sinfónica sigue en marcha, más allá de las dificultades.

Este fue el concierto final de la violinista Amelia Tornese y del trombonista Daniel Rivara (que se retiran luego de un largo trabajo en la orquesta), músico destacado que es uno de los elementos centrales del ECEM (Espacio Colectivo de Experimentación Musical) en cuyo ámbito trabaja en distintos subgéneros del jazz.

 

 

 

 

 

 

Eduardo Balestena

  

domingo, 8 de septiembre de 2024

Concierto de la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata, 7 de septiembre de 2024


 


.Orquesta Sinfónica Municipal

.Director: maestro Guillermo Becerra

.Solista: Juan José Kunert, violín

.Teatro Municipal Colón, Mar del Plata, 7 de septiembre, hora 20.

 

            Bajo la dirección de su titular, el maestro Guillermo Becerra, la Orquesta Sinfónica Municipal se presentó ayer en su sede del Teatro Colón.

El Concierto para violín y orquesta nro.1, en sol menor, opus 26, de Max Bruch (Colonia, 1838, Berlín, 1920) fue la primera de las obras de programa. Se trata de una de los más conocidos y apreciados exponentes del género. Lo caracterizan la belleza de la invención melódica, la demanda de un fraseo tan delicado como variable –de lentos momentos de intensidad a vibrantes cambios motívicos, que crean diferentes climas, a lo largo del desarrollo de sus movimientos. El diálogo entre el solista y la orquesta es siempre estrecho, con una continuidad, en las intensidades de cada uno de los términos de la construcción sonora. El movimiento final es vibrante e intenso.

 Juan José Kunert nació en Mar del Plata en 2010 y comenzó sus estudios de violín a los 7 años con Matías Ramos en el marco del programa “Usinas Artísticas” de la Municipalidad de Gral. Pueyrredón. Posteriormente, fue alumno de Julia Chudova, Oleg Pishenin y Samuel Vargas y becario del programa  SV Scholars de la Fundación Internacional de Música, participando de masterclasses con numerosos y destacados maestros. En 2021, recibió la mención "Young Talent" (Talento Joven) en el concurso "Vienna New Year's Concert" International Music Contest. Actualmente, es alumno de Rafael Gintoli en la ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, cursa segundo año de Academia Orquestal en la Sede Mar del Plata del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, en donde estudia violín con Oleg Pishenin.

Con una actividad en distintas formaciones musicales–tanto de música académica como de tango- desde junio de 2024, participa en la Orquesta Académica del Teatro Colón.

            Los extensos antecedentes musicales, acumulados por un solista de solo 14 años como los resultados, hablan de la enorme importancia de los programas de orquestas barriales, a la vez ámbitos de formación, estímulo y descubrimiento.

            Abordó la obra con un gran manejo de las exigencias que ella demanda: musicalidad, dulzura, intensidad en los pasajes de bravura en un criterio interpretativo acorde al carácter del concierto.

 

            La Sinfonía Nro. 3 en mi bemol mayor, opus 55, Eroica, de Ludwig van Beethoven (1770-1827) fue la segunda de las obras abordadas.

            La centralidad de este opus en la historia de la música y la apertura formal y estética que significó son demasiado conocidas e importantes para abordarlas aquí. Baste señalar que tal centralidad aparece íntimamente vinculada a las dificultades técnicas de la que –luego de la sinfonía nro. 41 de Mozart, de 1788- concebida entre 1802 y 1804 es una de las primeras obras extensas y enjundiosas de un género que abría con ella un proceso de expansión.  

            Todos los recursos utilizados en el opus son novedosos: la base musical, luego de la llamada del principio, es una sencilla célula que vertebra todo el primer movimiento, que alterna con recursos tales como la enunciación de tema central en los cellos en lugar de los violines; la permanente tensión, la intensidad sonora. Es una obra revolucionaria asimismo en las armonías, muchas veces  intensas, que debieron resultar muy chocantes en 1804.

            Los elementos a señalar son muchos. Uno es la voz del oboe, que surge como una voz intensa e interior, a partir de su intervención inicial en la mara fúnebre, segundo movimiento, y que, en un sentido de circularidad, vuelve al final como un elemento contrastante, con su dulzura, de todo el virtuosismo de la obra.

            La orquesta llevo un tempo siempre vivo, necesario para el armado de una obra cuya estética se apoya en una intensidad y velocidad que hacen difícil la interpretación.

            El último movimiento, por ejemplo, un tema con nueve variaciones de Las criatura de Prometeo, incluye variaciones fugadas-como la cuarta y la octava- a que –inspiradas como están en los contrapuntos del último movimiento de la sinfonía nro 41 de Mozart- a un tempo vivo son realmente complejas.

            La tría armonía de los cornos, en el scherzo, es un pasaje breve pero muy difícil, que se reitera en al menos tres oportunidades. Se pudo apreciar que, junto a Jorge Gramajo y Marcos Tallarita, había una joven cornista, lo cual es indicativo de la capacidad de muchos jóvenes para integrar el organismo y afrontar obras como esta.

            Lo mismo se pudo apreciar en la cuerda.

            La Eroica es una obra muy cara para el maestro Becerra, que la conoce profundamente y sabe trabajarla e todos los aspectos.

            En una situación en la que el orgánico de la orquesta sigue incompleto –todos los percusionistas se han jubilado y Daniel Izarraga, ex timbaista, actuó en la oportunidad domo contratado- en que el número de contratados es muy alto con respecto  a la planta permanente, la orquesta no hace concesiones en las obras que aborda. Ello se debe al intenso trabajo que lleva a cabo bajo la conducción su titular, recientemente galardonado por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina, con un reconocimiento a su trayectoria.

             

 

 

Eduardo Balestena