.Orquesta Sinfónica Municipal
.Director: maestro Guillermo Becerra
.Solista: maestra Alicia Ciancio,
piano
.Teatro Municipal Colón, Mar del Plata,
21 de septiembre, hora 20.
La
Orquesta Sinfónica Municipal llevó a cabo su primer concierto de primavera en
su sede del Teatro Colón, dirigida por su titular, el maestro Guillermo
Becerra, con la actuación de la maestra Alicia Ciancio como solista en piano.
En la
oportunidad, el programa fue concebido de manera diferente a la usual, siendo
incluidas en la primera parte obras alusivas al sentido celebratorio de una
presentación primaveral y en la segunda, el concierto para orquesta e instrumento
solista que suele cerrar habitualmente la primera parte.
De este
modo, la primera obra del programa fue la Obertura
de las Alegres Comadres de Windsor, de Otto
Nicolai (1810-1849), seguida de la Obertura
de la Opereta El Murciélago, de Johann
Strauss hijo (1825-1899) y cerró con la Marcha Radetzky, de Johann
Strauss padre (1804-1849), es decir, obras alegres y vibrantes que, en el
caso de la obertura, plantea distintos temas en una paleta sonora amplia y
cambiante en sus ritmos y acentos, que requiere un fraseo muy incisivo y rápido
en la cuerda.
El Concierto para piano y orquesta nro.1, en sol menor, opus 23, en si
bemol menos, de Piotr Illich
Tchaicovsky (1840-1893) fue interpretado en la segunda parte. Escrito entre
1874 y a comienzos de 1875, es posible apreciar en su discurso la cerrada trama
de temas y motivos entre el instrumento solista y la orquesta. Nunca da respiro
-particularmente el primer movimiento, Allegro
non troppo e molto maestoso, compás de ¾, en re bemol mayor, que abarca, en
sus 667 compases, aproximadamente la mitad de la obra. La transformación motívica
es permanente, como también lo son los cambios de intensidad y acentos. Unos
motivos engendran a otros, llevan a una respuesta que a su vez conduce a nuevos
episodios. La fuerte sonoridad y el permanente cambio son las características
de una obra expansiva en todo su desarrollo. El discurso alterna estas
características con ricas armonías en las maderas y metales, en un discurrir
que nunca se detiene.
Es la orquesta la que presenta el
primer tema mientras el piano lo subraya con arpegios, para tomarlo luego y
desarrollarlo. Es interesante el modo en que lo hace: a partir de partes del
final del tema inicial y luego del comienzo. El recurso parece siempre el
mismo: el cambio a partir de un elemento breve, técnica esta que el compositor
parece explotar en todas sus posibilidades (todo eso en los dos primeros
minutos: restan otros 31). Renglón aparte merecen los amplios pasajes
cadenciales en el piano, coronados por la cadencia final del movimiento.
El segundo movimiento, Andantino semplice – Prestissimo (6/8 en re bemol mayor)
comienza con el bellísimo solo de flauta, que presenta el tema a desarrollar y
que lleva a un hermoso pasaje de las maderas, para pasar luego a la cuerda y
seguir hacia el pasaje central (prestissimo)
en un esquema ABA´, donde se destaca –en la sección A ´- el hermoso solo del
oboe.
El tercer movimiento, Allegro con fuoco –Allegro vivo (3/4 en
re bemol mayor) se desarrolla a partir de un rápido tema festivo, que es trabajado
por el instrumento solista y la orquesta hasta el enérgico final.
De este modo, estamos ante una obra de
enorme compromiso técnico y estético, cerrada en una trama musical que estrechamente
vincula al instrumento solista con la orquesta. No hay ninguna sección que
escape a estas exigencias, que lucen especialmente en el brillo y la energía del
piano.
La maestra Alicia Ciancio es, además
de pianista, directora de orquesta, arregladora y compositora. Es Directora Fundadora
y Coordinadora de la Orquesta Escuela de Dolores, función que cumplió
extensamente entre 2005 y 2023, habiéndose presentado en numerosas salas, en La
Plata, Mar del Plata y en el CCK. Como solista, logró acabadamente expresar el
equilibro de una obra donde lo técnico y lo motívico, deben ser perfectos. La
dificultad técnica es tan grande que si el solista no la domina acabadamente no
puede plasmar la musicalidad de la obra, que es demandante en todo sentido.
Tuvimos una excelente versión de este opus, acaso el más popular de los
conciertos para piano.
En su actual conformación, en la que
alternan elementos muy jóvenes con músicos muy experimentados, la orquesta pudo
abordar un opus que no admite concesiones. Es lisa y homogénea la sonoridad de
la cuerda. En obras como esta, el instrumento solista invade en gran parte del
tejido musical y la orquesta debe poder destacarse ante él, continuar sus
frases, proveer el motivo en el que la trama seguirá y lograr un todo
integrado. Es un punto en sí muy positivo que habla del trabajo que se lleva a
cabo. Otro está dado por la restauración que hubo en el piano Böesendorfer (con
el cual Carmen Scalcione tocó este mismo concierto hace ya mucho), que permitió
que fuera abordado este opus del modo en que lo fue.
Con un aforo completo, la Orquesta
Sinfónica sigue en marcha, más allá de las dificultades.
Este fue el concierto final de la
violinista Amelia Tornese y del trombonista Daniel Rivara (que se retiran luego
de un largo trabajo en la orquesta), músico destacado que es uno de los
elementos centrales del ECEM (Espacio Colectivo de Experimentación Musical) en
cuyo ámbito trabaja en distintos subgéneros del jazz.
Eduardo
Balestena