El último concierto de la temporada 2010/11 de la Orquesta Sinfónica Municipal contó con la actuación de Mirta Herrera, una pianista argentina que, luego de concluir sus estudios en los conservatorios López Buchardo y Juan José Castro, ganó la beca Vincenzo Scaramuzza y continuó en la Academia Nazionale Di Santa Cecilia” de Roma, donde se radicó; en el Centro Internazionale Studi Musicalli; y en la Musikhochschule de Colonia. Alterna su actuación como intérprete, en el dictado de Master Classes, en distintos países y en su labor como jurado de concursos. Tuvimos la suerte de que pasara por Mar del Plata para interpretar el concierto K 491 de Mozart. A que músicos recuerda del Conservatorio Juan José Castro Mi recuerdo del Conservatorio está impregnado de mucho afecto. Fui de las primeras alumnas. Entré al curso superior de piano junto a otros alumnos de Antonio De Raco y fui la segunda egresada. Gracias a la dirección inteligente del Maestro Adalberto Tortorella, a quien recuerdo también en sus clases de música antigua, se respiraba un entusiasmo innovador, contagioso y estimulante. Además del Maestro De Raco tengo un vivo recuerdo del Maestro Spiller en las clases de música de cámara; la profesora Pola Suarez Urtubey en historia de la música y el Maestro V. Maragno, con su manera peculiar de analizar las formas musicales. El cuerpo docente era del más alto nivel: Alicia Hardoy; Adhelma Melo yAntonio Russo enriquecían la formación de los alumnos, cada vez más numerosos. ¿Cómo llegó a Roma y a Colonia para realizar sus estudios?
Pude realizar mis estudios en Europa gracias a dos becas: la beca "V.Scaramuzza" y la del D.A.A.D. En la Accademia Nazionale di Santa Cecilia estudié con Carlo Zecchi y en Colonia con Gunter Ludwig en la Musikhochschule de Colonia.
Pero mi GRAN MAESTRO, así con mayúsculas, fue Fausto Zadra. Grandísimo artista y pedagogo, me dio muchos elementos que me faltaban y, sobre todas las cosas, me transmitió un amor aun mayor hacia la música. Son muchísimos los alumnos, diseminados en todo el mundo, que debemos a Fausto un enriquecimiento enorme en nuestra formación musical y humana.
¿Desde entonces reside en Roma?
Desde entonces resido en Roma, con un paréntesis de dos anos en Colonia.
¿ Fue alumna de Wilhem Kempff ? Tuve la enorme suerte de participar al último curso sobre la interpretación beethoveniana que W.Kempff dictó en Positano. Fueron quince días de ensueño en los que pude tener un contacto directo con el Maestro. ¿Que repertorios prefiere hacer y de qué modo la preparación de distintos lenguajes requiere también una preparación técnica y actitud interior?
Mi gran amor es Bach y a él he dedicado recitales completos. Mis otros amores cambian con el tiempo...aunque desde hace unos cuantos años soy "fiel" a Schubert y Schumann. Me gusta muchísimo la música argentina y latinoamericana en general. Además de recitales solistas hago mucha música de cámara. Con el violinista alemán Goetz Hartmann formamos el "Dúo Kreutzer" desde hace mucho tiempo. Colaboro con el Quator Plus (Alemania) y el Ensemble Stanislas (Francia) y hago repertorio de lieder y música latinoamericana con la soprano uruguaya Beatriz Lozano. Trato de tocar lo que me gusta solamente. Eso es muy importante para mi porque el placer de lo que hago me multiplica la fantasía y las ideas. Por distintas razones sus músicos preferidos: Bach en el piano y Schumann, son un desafío. Ambos han escrito obras que son universos en sí mismas. Si, Bach en el piano es todo un desafío.Yo parto de la idea de que aunque lo que voy a tocar no fue escritopara el instrumento que hoy poseo, tengo que aprovecharlo en todas susposibilidades, especialmente expresivas.Por otro lado tampoco el piano de Chopin era como el que hoy tenemos....y nadie se problematiza tanto......Bach deja mucha libertad de interpretación. Creo que lo más importantees tratar de ser sinceros y no copiar las interpretaciones de otrospianistas. Escuchar mucho y leer, informarse, documentarse....y luegotratar de decidir en soledad lo que uno quiere hacer.Hace tiempo toqué el primer libro del Clave bien temperado dividido endos conciertos (12 y 12) sin intervalo. Fue en el festival deLondrina, en Brasil.Hicieron mesas redondas, discusiones con otrosinstrumentistas, conferencias, lecciones y mis conciertos. Fue unaexperiencia muy enriquecedora.Además del primer libro, toqué casi todos los preludios y fugas delsegundo, varias partitas; suites; conciertoitaliano; tocatas; variaciones; invenciones; etc.Últimamente estoy tocando la Fantasia cromática y fuga que me encanta.Las variaciones Goldberg las estudié pero nunca las completé ni lastoqué en público....puede ser que lo haga un día....Schumann es otro de mis grandes amores.Le voy a contar una cosa muy linda: siempre quise tocar el quinteto deSchumann, obra que adoro, y la posibilidad se presentó cuando estabaembarazada. O sea que lo estudié mucho y lo toqué en varios conciertosen Alemania al cuarto mes del embarazo.Mi hijo, a los tres anos, me sorprendió cantándolo como si fuera una cancióninfantil mientras jugaba con sus autitos y nunca lo había escuchado enconcierto ni en disco. Era su experiencia auditiva de cuando todavía nohabía nacido. Hermoso, ¿no?
El destino quiso que lo tocara al menos veinte veces...y siempre conuna gran emoción.Además toqué el concierto para piano y orquesta; el trío n° 1; la Sonatan°1 para violìn y piano; romanzas para piano y violin (oclarinete); Fantasiestucke para piano y clarinete (y/ovioloncello). Estoy actualmente estudiando el cuarteto.Hice también muchos lieder y para piano solo toqué las dossonatas,op.22 y op.11; Las escenasinfantiles; Arabesque; Kreisleriana; Escenas del bosque y Novelettes . La sola mención de las obras de su repertorio, el modo en que las concibe nos dicen que Mirta Herrera, con el italiano, alemán y español como lenguas, se expresa en otro idioma, el universal del piano. Con su actitud de extrema gentileza y de humildad, encarna al artista entregado a un arte que vive como ejercicio y como ideal. El reconocimiento que tuvo para el nivel musical de la ciudad; no sólo de la Orquesta Sinfónica, con la cual interpretó el concierto K 491 de Mozart, sino de las formaciones que conoció en su paso por Mar del Plata habla de la universalidad de ese lenguaje de la música sin el cual, como señaló la percusionista Evelyn Glennie, no habría silencio sino muerte: “lo opuesto la música no es el silencio, sino la muerte” de lo cual podemos derivar que, de una manera u otra, vivimos en la música.