sábado, 6 de marzo de 2010

"Sinfonía de cámara" y virtuosismo en la viola



La Orquesta Sinfónica Municipal fue dirigida, en su concierto del 17 de octubre, por el maestro Andrés Spiller, y contó con la actuación solista de Alexandr Iakovlev en viola.
Serenade nro. 2 en la mayor, opus 16 de Johannes BrahmsEscrita en 1859, y estrenada al año siguiente, esta hermosa y poco frecuente obra de juventud, posterior al primer concierto para piano, muestra a un Brahms que parece abrirse a la exploración: concibe una obra de lenguaje camarístico, con requerimientos y dimensiones de una sinfonía, que desarrolla en cinco movimientos, sin violines y sin fáciles líneas melódicas, y obtiene una alternancia de sonoridades, profundas y plácidas, en cuyo desarrollo confía gran parte de la expresividad a maderas y trompas.
El maestro Spiller señaló que una particularidad de este lenguaje es la diferencia rítmica entre las cuerdas y los instrumentos de viento, que genera cierta tensión. Ello ayuda a entender el relieve de la obra. Es una idea de discurso que fluye y explora al mismo tiempo, sin permanecer en una idea definida. La tensión esta asociada a esta suerte de irregularidad. Siempre algo nuevo está aguardando y el discurso busca efectos, pero no sumando virtuosismo ni sobresalto, sino algo muy diferente.
La serenata es un género que corresponde a una atmósfera de alegría y encanto: en Brahms este encanto –que brota del movimiento inicial, en una melodía delicada y muy bella, articulada en esos acordes brahmsianos característicos –oboe, flauta, clarinete- no es simple y liviano, sino que está trabajado: las sonoridades profundas de la cuerda le confieren densidad, mientras maderas y trompas expanden esta base sonora en intervenciones en muchos casos muy exigentes (como las del oboe solista en el último movimiento).
No obstante, hay una gran unidad, particularmente en el allegro moderato inicial, y el Rondó allegro final. En cuanto al adagio non tropo, genera una sensación de misterio.
El maestro Spiller trabajó con todo cuidado un enfoque que supo transmitir: hizo hincapié en acentos y tiempos, a veces yendo “no mucho, pero sí algo más allá”, al abordar los pasajes de levare, que no sólo conducen al acento de la siguiente sección, sino que permiten detenerse en los momentos en que se plantea la expectativa por el siguiente sonido. No es una obra nada fácil, más que por el requerimiento técnico, por sus cuestiones expresivas.
En la fila de violas formaron Alexandr Iakolev (primera vioa), y Guillermo Becerra, con su amplia experiencia en música de cámara, en una tesitura que enriquece el papel del instrumento.
Destacaron Guillermo Devoto (oboe solista) Ingrid Buthé (oboe segundo), Mario Romano (clarinete solista), Gonzalo Borgognoni (clarinete segundo), Federico Gidoni (flauta solista), Julieta Blanco y Paula Oyamburo (segunda flauta y piccolo) , José Garrefa (trompa solista) y Gerardo Gautín (fagor solista) y Diego Lurbe, (segundo fagot).
Concierto para viola en re mayor, opus 1, de Karl Stamitz Alexanrd Iakovlev es, desde 1994, solista de viola de la Orquesta Sinfónica Nacional de la República Argentina, como antes lo fue de la de Ulianovsk, de Cámara de Moscú y de Radio Televisión de la URSS. Abordó en la oportunidad, este concierto de Karl Stamitz (1745-1801), obra clásica, de virtuosismo, que suma a las intervenciones del instrumento solista, distintas cadencias, con notas dobles, y exigentes recorridos entre los distintos registros del instrumento, y que probablemente entregue la mejor sonoridad en el adagio.
La concepción galante de este músico de la escuela de Mannheim implica el desafío de que no es suficiente para abordarla la sola capacidad de resolver sus múltiples desafíos técnicos. Alexandr Iakovlev le aportó una calidez que asumió al trabajo virtuoso como una parte de los múltiples requerimientos de una obra compleja.
El programa concluyó con la Suite del Ballet Cascanueces, de Tchaicovsky, cuya gracia verdaderamente oculta las dificultades de interpretación que trae aparejadas.
El maestro Andrés Spiller, oboísta, y director de la Camerata Bariloche, con una muy extensa carrera, en el país y en el exterior, trabaja sus indicaciones con calma y persuasión, y en pocas palabras plantea claramente el carácter de una obra y sus cuestiones técnicas. Lo hace con mucha humildad, sin dejar de irradiar una enorme solidez. Pudo, en ese estilo, hacer un programa desde cero y brindar versiones muy pensadas de obras que no son lugares comunes y evidenciar sus méritos musicales.




Serenade no. 2 de Brahms Leonard Bernstein, Filarmónica de Viena


Eduardo Balestena
ebalestena@yahoo.com.ar

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